M. en C. E. Iván Gamaliel Pérez Carrillo
Director de Prepa Liceo
El desarrollo de las personas parece
no detenerse durante las diferentes etapas de la vida, sin embargo, en una de
estas etapas, aparecen cambios abruptos que marcan la división entre la persona
infantil y el ahora joven. Estos cambios definen el carácter con el cual
contemplará el mudo y cada aspecto de su vida.
La adolescencia por definición es
la transición de la niñez a la edad adulta y tiene como manifestaciones,
aspectos que normalmente identificamos con facilidad como los cambios físicos,
el asumir nuevos retos y la toma de decisiones de mayor relevancia.
Sin embargo, aunque algunos de
estos aspectos son bien conocidos, no siempre se disfrutan, incluso hay otros que
surgen de procesos cognitivos tan precisos como imperceptibles.
Thomas Lickona, investigador de
la Universidad Estatal de Nueva York, en uno de sus libros más reconocidos “Carácter:
Cómo ayudar a las nuevas generaciones a desarrollar el buen criterio, la
integridad y otras virtudes esenciales.” (2010, p. 29), define con claridad los
componentes del carácter de la persona: sabiduría, justicia, fortaleza,
autocontrol, amor, actitud positiva, trabajo duro, integridad, gratitud y
humildad; La noticia es que, ninguno de estos elementos se entrenará en
solitario, el trabajo y deber de los padres es propiciar la constancia en la
práctica de cada uno de estos aspectos.
Pero… ¿Cómo propiciar los buenos valores con mi hijo?
Compartimos algunas sugerencias
de esas prácticas en uno de los muchos momentos y oportunidades que vivirán con
su hijo adolescente:
A menudo los jóvenes se
expresarán de tal manera que dejen ver nuevas inquietudes, ideales y palabras,
consiguiendo que sus padres se volteen a ver entre sí con una mirada que podría
traducirse en “¿Es este nuestro hijo?, ¿cuándo aprendió a expresarse así?,
¿desde cuándo le interesa este tema?, quién es esta persona y por qué viste el
cuerpo de nuestro hijo?”
Estos momentos resultan de lo más
comunes en un joven que se adentra en temas de su interés y busca información
al respecto. Los adultos debemos motivar este tipo de expresiones e iniciativas
en lugar de cuestionarlos abiertamente, evadirlos o desestimarlos al notar que
sus opiniones se basan en información limitada o incierta.
La visión del mundo se ha abierto
para el adolescente y en nuestra actualidad lo hace de maneras tan
vertiginosas, accesibles y válidas como erróneas, sin embargo, el que tenga o
no razón no es lo importante, sino que genera intereses propios, se atreve a
tomar la palabra e incluso a cuestionar a expertos.
Cuando se encuentren con uno de estos momentos en los que su hijo desea expresar con interés un tema específico, aunque no con experiencia y en la mayoría de los casos sin la suficiente información para defender un punto con la vehemencia con la que seguramente lo hará, ejercite estos cambios en las respuestas que, casi de manera inconsciente solemos dar:
En cualquiera de los ejemplos anteriores, se invita al joven a expresarse y ya sea que nos sorprenda con sus expresiones o él mismo detecte las limitaciones que tiene en cuanto a la información de que se trate, se sentirá escuchado y respetado, lo cual lo llevará a sentir responsabilidad en sus opiniones y la información que las sustente.
La mayoría de los jóvenes se
sentirán motivados a participar en nuevas pláticas cuidando estar preparado
para ello. Incluso el tono de “sabelotodo” será cambiado por el de “esto es lo
que yo sé al respecto” y probablemente podrán disfrutar de nuevas charlas en
familia.
La labor del desarrollo del
carácter de nuestros hijos es un compromiso constante y requiere detonar con
pequeñas acciones, los grandes cambios que lo llevarán a ser un adulto
responsable, independiente y seguro.
Bibliografía
Lickona, Thomas. (2010). Carácter: Cómo ayudar a las nuevas
generaciones a desarrollar el buen criterio, la integridad y otras virtudes
esenciales. Producciones Educación Aplicada.
Nelsen, J., Lott, L. (2012). Positive Discipline for Teenagers:
Empowering Your Teens and Yourself Through Kind and Firm Parenting. Harmony.
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