¿Por qué el adolescente llega a reaccionar en ocasiones molesto, de manera indiferente o simplemente no expresa su sentir?
Psic. Claudia Verónica Mendoza Vallejo
Algunos
adolescentes viven con frecuencia la sensación de no saber cómo se sienten,
otras veces se muestran renuentes a compartir su sentir por temor a no ser comprendidos o se han
convencido de que expresarse no es significativo para los demás.
¿Pero cómo se
aprende a negar los sentimientos?
Normalmente las personas adultas acaban por negar sus sentimientos y emociones
porque de pequeños se les ha castigado por expresarlos. Algunos comportamientos
y creencias preestablecidas en nuestra sociedad
obligan a negarlos. Expresiones como “los hombres no lloran” o “la
tristeza es señal de debilidad”.
¿Pero cómo es que se llegan a negar los sentimientos de los hijos?
- El Padre: “No hay razón alguna para que te alteres tanto; probablemente todo se debe a que estás cansado y estás exagerando las cosas fuera de toda proporción. La situación no puede ser tan mala como pretendes. Vamos, sonríe… Te ves tan bien cuando sonríes”.
- Adolescente: ¡oh no! ¿Qué voy a hacer? El proyecto de antropología es para
mañana.
Mamá: ¡No me digas que todavía no lo has terminado!
Adolescente: Pensé que tenía tiempo hasta el viernes.
Mamá: eso es lo que sucede cuando no planificas con anticipación.
Adolescente: Pero…
Mamá: Sin peros ¡siéntate y hazlo ahora!
Ahora revisaremos cuando se
reconocen los sentimientos…
- Adolescente: ¡oh no! ¿Qué voy a
hacer? El proyecto de antropología es para mañana.
Mamá: Oh...
Adolescente: Solo llevo la mitad
Mamá: Mmm
Adolescente: ¡Eso significa que no podré ver mi serie favorita!
Mamá: Ah
Adolescente: Pero ahora tengo que terminar ese proyecto. La profesora te baja
calificación si lo entregas un día tarde.
Mamá: Entiendo.
Las respuestas mínimas y enfáticas de mamá ayudan a su hijo a sentirse comprendido y libre para concentrarse en lo que necesita hacer ya que su conducta no ha sido criticada llevándolo a tomar una decisión al respecto.
Adele Faber junto con Elaine Mazlish son reconocidas a nivel internacional como expertas en comunicación entre adultos y niños. Autoras del best seller “Cómo hablar para que los niños escuchen y cómo escuchar para que los niños hablen”. Cada una es madre de tres hijos. Tras muchos años de investigación y experiencias vividas junto con los comentarios recibidos a lo largo de su carrera, ofrecen una guía que ha ayudado a varias familias a pasar la etapa de la adolescencia y entre otras cosas aprender a identificar las emociones logrando una mejor comunicación.
Enseñar inteligencia emocional a un adolescente puede ayudarle a enfrentarse a sus sentimientos
Cualquiera puede
ponerse furioso...eso es fácil. Pero estar furioso con la persona correcta, en
la intensidad correcta, en el momento correcto, por el motivo correcto, y de la
forma correcta...eso no es fácil.
Aristóteles , Ética a Nicómaco
Daniel Goleman explica en su libro Inteligencia Emocional. En un sentido muy real, que tenemos dos mentes, una que piensa y otra que siente. La inteligencia emocional tiene que ver con las habilidades personales, no es un aprendizaje académico, se centra en cómo nos manejamos a nosotros mismos.
- Tener conciencia de sí
mismo: consiste en aprender a
reconocer lo que se está
sintiendo y por qué lo está
sintiendo.
- Gestionarse a sí mismo:
requiere la capacidad de cumplir metas, ser positivo ante los
contratiempos, controlar las emociones perturbadoras para que no impidan hacer lo que se proponga.
- Desarrollar la empatía:
entender cómo se sienten los demás, las personas no lo dicen todo con
palabras, puede ser con el tono de voz o con el lenguaje no verbal.
- Desarrollar habilidades
sociales: En las relaciones interpersonales aprender a resolver
conflictos, influenciar positivamente, persuadir, comunicarse y escuchar.
Aprender que cuando
se llega a equivocarse lo importante es la manera en
cómo se aprende a manejar los errores y las frustraciones. Si no se aprende de
ello no ayuda en mucho. Para tener éxito profesional y en la vida es necesario
saber recuperarse de un fracaso.
- Predicar con el ejemplo
- Tomar conciencia de las propias emociones
- Buscar momentos de comunicación
- Aprender a escuchar sin juzgar y respetando sus sentimientos
- Aceptarlos con sus fortalezas y debilidades
- Y sobre todo brindar afecto
Bibliografía
Faber,
A., & Mazlish, E. (2005). Cómo Hablar
Para Que Los Niños Escuchen: Y Cómo Escuchar Para Que Los Niños Hablen.
HarperCollins.
Faber,
A., & Mazlish, E. (2012). Cómo hablar
para que los adolescentes escuchen y cómo escuchar para que los adolescentes
hablen. Rayo.
Goleman,
D. (2011). La Inteligencia Emocional.
Zeta Bolsillo.
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