Por:
Ángel Misael Aguiñaga Aguiñaga, Mtro. En psicología
“El amor es un estado, no un vínculo efímero”
PV
Querida comunidad: hoy me quiero
dirigir a ustedes para descubrir, reflexionar y experimentar el rostro mismo del
amor. Deseando que, cada uno de nosotros, especialmente aquellos que estamos al
frente de una familia, grupos y/o relaciones, podamos fortalecer nuestro
espíritu, siendo capaces de abrazar el amor y vivirlo en plenitud.
Actualmente, muchos de nosotros
hemos conectado y empatizado con la idea de un amor que regrese y retribuya todo
lo que yo doy, o que si me falla me hiere. Damos con reserva o incluso lo
vivimos con la idea de que los otros y su necesidades son más importantes que
las mías, sin embargo, a la mínima provocación o viento desfavorable nos
defendemos, caemos y nos protegemos.
Esta clase de “amor” no es otra
cosa que un estilo de realidad condicional en la que no hay libertad y mucho
menos permanencia, pues nuestros pensamientos, sentimientos y acciones se
soportan ya desde el temor a ser nuevamente lastimados.
Por lo tanto, cuando nos
conducimos y elegimos desde el miedo, vamos por la vida actuando con un estado de
alerta que nos recuerda la vulnerabilidad que habita en nosotros y que no deseamos
volver a vivir aquello que nos lastimó, cuando en realidad el amor solo
comienza a desarrollarse cuando amamos a quienes no necesitamos para nuestros
fines (Fromm, E.).
Por lo tanto, sería importante
hacernos las siguientes preguntas para sondear en dónde nos encontramos y
retomar el rumbo:
A lo largo de mi día/ vida ¿siento
más miedo o más seguridad?
¿El amor tendría que estar
dirigido a alguien por encima de mí?
¿Cuándo doy amor espero que me
regrese?
¿Deberían los otros ajustarse a
mis demandas?
¿Elijo desde el amor o lo hago
desde mis carencias?
Este miedo que muchas veces
sentimos, viene a recordarnos simplemente en dónde hace falta poner más amor.
Considerar los siguientes puntos nos permitirá acercarnos a este rostro vivo del Amor (Orihuela, A., 2018):
- Aceptación de lo que soy y de quienes me rodean.
- Afecto en hechos concretos que me permitan expresar lo que hay en mi interior.
- Respeto, saber verme y al otro como es y no obligarme/ obligarlo a ser como quiero que sea
- Reconocimiento de cómo se nutre mi propia vida con la de los demás.
- Encuentro del otro a través de una comunicación afectiva y efectiva.
Esta escucha atenta nos llevará a vivir el amor incondicional e incluso a elevar nuestra vida y hacernos uno con el amor, viviéndonos como fuentes inagotables que se comparten en completud, sin distinciones ni condiciones.
Para cerrar, quisiera dejarte con
este pequeño relato:
“Cuenta una historia tibetana,
que hace mucho tiempo un viejo sabio preguntó a sus seguidores lo siguiente:
– ¿Por qué la gente se grita
cuando están enojados?
Los hombres pensaron unos
momentos:
– Porque perdemos la calma –dijo
uno– por eso gritamos.
– Pero, ¿por qué gritar cuando
la otra persona está a tu lado? –preguntó el sabio– ¿No es posible hablarle en
voz baja? ¿Por qué gritas a una persona cuando estás enojado?
Los hombres dieron algunas otras
respuestas, pero ninguna de ellas satisfacía al sabio.
Finalmente él explicó:
– Cuando dos personas están
enojadas, sus corazones se alejan mucho. Para cubrir esa distancia deben
gritar, para poder escucharse. Mientras más enojados estén, más fuerte tendrán
que gritar para escucharse uno a otro a través de esa gran distancia.
Luego el sabio preguntó:
– ¿Qué sucede cuando dos
personas se enamoran?
Ellos no se gritan, sino que se
hablan suavemente ¿Por qué? Sus corazones están muy cerca.
La distancia entre ellos es muy
pequeña.
El sabio continuó:
– Cuando se enamoran más aún,
¿qué sucede? No hablan, sólo susurran y se vuelven aún más cerca en su
amor. Finalmente, no necesitan siquiera
susurrar, sólo se miran y eso es todo. Así es cuan cerca están dos personas
cuando se aman.
Luego dijo:
– Cuando discutan no dejen que
sus corazones se alejen, no digan palabras que los distancien más, de otro modo
llegará un día en que la distancia sea tanta que no encontrarán más el camino
de regreso.”
Así que
¿buscas conseguirlo u ofrecerlo?
Referencias:
Holística, A.
(2019, 19 junio). Cuento Tibetano: Mantener cerca los corazones. ALMA
HOLÍSTICA. https://almaholistica.wordpress.com/2019/06/19/mantener-cerca-los-corazones-cuento-tibetano/
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