Por: Julieta Garduño Pérez, Maestra en Educación
Cognitiva
Alguna vez vi un
video del productor y director de cine español, Miguel Ángel Tobías, en el que planteaba
que la única obligación que teníamos con nosotros mismos es perseguir nuestros sueños,
y que lo único que nos impide hacerlo es el miedo: “Tenemos
miedo”. Miedo al fracaso, miedo a no ser queridos, miedo a no ser aceptados,
miedo a equivocarnos, miedo al ridículo, miedo a perder lo que tenemos y miedo
a una lista interminable de ideas que la mayor parte de las veces, solo existen
en nuestra mente. (Puntocritico, 2016)
El miedo es algo
natural, no hemos conocido a alguien que no tenga miedo a algo. El expositor
menciona que, el miedo más común es el miedo a tener miedo. es decir, no nos
gusta sentirlo, por lo que algunas personas evitan a toda costa exponerse a
situaciones que lo generen, y al no exponerse pierden la oportunidad de
experimentar valiosas lecciones, como
salir de su zona de confort y obtener vivencias que les pueden ofrecer un gran
aprendizaje y crecimiento personal.
Realmente
no sabemos si el perseguir y lograr nuestros sueños nos va a traer la
felicidad, puede ser que sí o no, lo que es seguro, es que el no perseguirlos
nos generará mucha infelicidad y frustración Independientemente de si
fracasamos o no. Es por esto que varios autores mencionan que hay que
inculcarles a nuestros hijos la confianza en sí mismos.
Las personas seguras
de sí mismas confían en sus habilidades, sienten que tienen el control sobre
sus vidas y creen que son capaces de hacer lo que planean y esperan.
¿Por
qué nos cuesta trabajo confiar en nosotros mismos? confiamos en cosas que no controlamos, por
ejemplo: que mañana saldrá el sol, que nuestro corazón latirá, que nuestras
piernas responderán cuando las necesitamos, incluso confiamos en que nuestros
compañeros de equipo harán su parte en el trabajo; entonces, ¿por qué no
confiar en nosotros mismos? ¿Por qué no confiar en aquello que emprendemos
y creamos, o que lo que hacemos resultará bien? Nuestras acciones son lo único
que podemos controlar y aun así preferimos dejar nuestro destino en manos de
aquello que no tenemos absolutamente nada de control.
Hay que confiar
Confiemos en que, tendremos la determinación y el compromiso de perseguir lo que deseamos, confiemos en que venceremos el miedo “al qué dirán”, confiemos en que podemos capacitarnos para emprender el proyecto que queremos, confiemos en que no nos rendiremos y seguiremos adelante a pesar de las dificultades, confiemos en que tendremos la sabiduría de rodearnos de personas que nos ayudarán a cumplir nuestras metas. Todo esto sí lo podemos controlar.
Una vez que hemos
realizado todo lo que está a nuestro alcance para cumplir nuestros sueños, no
nos queda más que soltar y seguir confiando, ya sea en Dios, en el universo, en
nuestra intuición o en nuestro corazón. Seguir
confiando en que todo el esfuerzo que hacemos, se nos va a remunerar de alguna
forma.
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