Por: L.A.P. Fernando Chacón Meza
La
imaginación, así como la creatividad, habilidad manual, artística y la
expresión oral, son capacidades que los adolescentes pueden desarrollar a
través del ARTE, ayudando a su experiencia cognitiva, física y emocional.
María
Acaso, escribió en 2009 “La enseñanza
artística no son manualidades: Nuevas prácticas en la enseñanza de las artes y
la cultura visual”, obra
valiosísima que busca reivindicar la importancia de esta materia en el
currículo ofertado en todos los niveles. En su libro, Acaso logra de forma
excepcional dar un parámetro minucioso del por qué hemos llegado a esta situación pero aún más
importante, qué hacer frente a este fenómeno.
Si
bien convertir una clase de artes en una de manualidades, permite pensarla como
un proceso que persigue un fin utilitario cuantificable, minimiza las
posibilidades de análisis, construcción y deconstrucción no sólo de los estudiantes
sino del docente mismo, pues limita la experiencia artística a un simple
proceso manual.
Por esto, la iniciación artística es tan importante pues incita al desarrollo de un pensamiento lógico. Si bien las técnicas manuales son su vehículo de expresión, también son herramientas lógicas que permiten alcanzar un resultado a través de un proceso específico.
Trabajar
con técnicas y procesos, permite al adolescente entender el mundo en el que se
desarrollan como un todo más complejo, lejos de las pantallas de sus
dispositivos móviles.
En
clase de arte debería ser donde
estudiantes, docentes y padres de familia descubran las posibilidades
del lenguaje visual que está imbuido en un trabajo manual concreto. Las
técnicas que comúnmente se enseñan como pintura, dibujo o escultura, podrían funcionar
como medio para una reflexión más profunda y no quedar solo en la técnica. La enseñanza
de las artes es igual de importante que el resto.
Es
posible si cambiamos la pregunta ¿Qué hicieron en clase? a ¿Cómo lo hicieron en
clase?
Comentarios
Publicar un comentario